Sostenibilidad socioeconómica
Este modelo de sostenibilidad se puede traducir en el mantenimiento de un determinado modelo económico y de organziación social y política que, especialmente en el caso de comunidades dependientes de recursos naturales, requiere necesariamente de la sostenibilidad ambiental, como es el caso de Calviá (dicho de otro modo, que las actividades humanas no generen una degradación de los recursos y servicios ambientales que comprometan su futuro). Puede que esta definición sea muy utilitarista y carente del componente ético que se suele asociar hoy en día la idea de sostenibilidad, pero tiene la virtud de poder ser llevado al terreno de lo tangible de modo que obligue a definir claramente el modelo elegido (social, económico, político y ambiental) y una estrategia explítica para su consecución (asociada a proyectos e indicadores que sean medibles y evaluables).
La definición de sostenibilidad afirma que es “la capacidad de satisfacer las necesidades de las actuales generaciones sin disminuir el potencial de las futuras generaciones para satisfacer las suyas propias”. Por tanto, es necesario definir y aplicar ciertos indicadores que nos muestren el uso que hacemos de los recursos naturales y que nos enseñen las carencias que sufrimos, refiriéndonos tanto a la buena o mala gestión de la energía y la materia prima, como a la viabilidad de aplicar soluciones que sean factibles en tiempo, coste y durabilidad.
El consumo desmedido de los recursos naturales no renovables como es el caso del territorio acarreará, sin lugar a dudas, a medio y largo plazo una crisis de nuestro tejido productivo basado en el turismo. Son factores de competitividad turística el entorno natural no degradado, encanto paisajístico, naturaleza vírgen... Si los destruimos ¿Quién querrá venir a visitarnos?
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