20 enero 2008

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FOTOGRAFIAS DE GRGORY COLBERT




FOTOGRAFÍAS DE GREGORY COLBERT
LUCHEMOS POR CONSERVAR EL MEDIO AMBIENTE
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11 enero 2008




INSECTOS HABRÍAN CONTRIBUIDO A LA EXTINCIÓN DE LOS DINOSAURIOS



martes, 08 de enero de 2008


Ésa es al menos la hipótesis que sostienen los entomólogos George y Roberta Poinar - el primero es profesor de zoología en la universidad estadounidense de Oregon State - en un nuevo libro.

Durante la última fase del dominio del planeta por los dinosaurios, los insectos sufrieron una auténtica explosión de diversidad.

Por un lado, difundieron diversas enfermedades y, por otro, contribuyeron a transformar la vegetación, algo a lo que no pudieron seguramente adaptarse aquellas gigantescas criaturas herbívoras, señalan los autores.

“No podemos decir a ciencia cierta que los culpables directos fueron los insectos, pero creemos que tuvieron un papel importante en la desaparición de los dinosaurios”, explica George Poinar, citado por el diario británico “The Guardian”.

“Las investigaciones que hemos llevado a cabo con el ámbar muestran que los insectos eran vectores de enfermedades en el período cretácico y que algunos de los patógenos que transportaban infectaron a los reptiles”, agrega el científico.

En el vientre de un insecto conservado en ámbar -savia de árboles fosilizada- de aquella era, los entomólogos encontraron el patógeno causante de la enfermedad parasitaria conocida como leishmaniasis.

En otro descubrieron un tipo de parásito de la malaria que infecta a aves y reptiles. Una inspección de las heces fosilizadas de los dinosaurios permitió descubrir también otros microbios parásitos transportados por los insectos.

Aparte de difundir las enfermedades, los insectos también polinizaron plantas florecientes que fueron poco a poco sustituyendo a los helechos, las cicadáceas y el gingko.

Los entomólogos creen que tal vez les resultó cada vez más difícil a los dinosaurios adaptarse a esa nueva dieta vegetal.

En opinión de Polnar, la teoría más popular sobre la extinción de los dinosaurios -el impacto de un meteorito- no explica suficientemente la desaparición de esos animales prehistóricos porque esta proceso duró mucho tiempo, tal vez millones de años. “Los insectos y las enfermedades sí parecen explicar el fenómeno”, señala el científico.



El voto colombiano es vital para la conservación de los cetáceos
Ballenas encalladas

Según ONG internacionales, el trámite para que Colombia participe en la reunión de la Comisión Ballenera Internacional se encuentra estancado porque en la Cancillería no han traducido un documento de ocho páginas del inglés al español.

Hace siete meses, el ministro de Ambiente, Juan Lozano, y el canciller, Fernando Araújo, anunciaron que Colombia firmaría el “Convenio Internacional para la Regulación de la Pesca de la Ballena” con el propósito de hacer un bloque con otros países que se oponen a la caza de las ballenas. El anuncio tardío no permitió que el país participara en la convención de Alaska de este año, pero abrió la puerta para ocupar un lugar en la reunión de junio de 2008 en Santiago de Chile donde se discutirán asuntos vitales para la sobrevivencia de estos monumentales cetáceos.

Organizaciones civiles y no gubernamentales de todo el continente aplaudieron la decisión. El gobierno colombiano dejaba de ser un simple espectador para convertirse en un actor importante en la defensa de estos mamíferos, que año tras año arriban a las costas colombianas en busca de un refugio seguro para parir sus crías. Una visita esperada por más de 10.000 turistas cada año y aprovechada por una creciente industria ecoturística que en el mundo mueve más de 1.000 millones de dólares.

Sin embargo, a la euforia pronto le siguió el escepticismo. Semana tras semana, el proceso legal que debía seguir la firma del convenio comenzó a dilatarse. Representantes de organizaciones ambientalistas temían lo peor: presiones políticas y la intromisión de los países procaza de ballenas. El gobierno de Surinam, por ejemplo, acepta votar a favor de la legislación procaza a cambio de beneficios económicos.

Por una traducción


Ante ese panorama, Milko Schvarzman, de la organización ambiental Greenpeace International, y Aimee Leslie, del Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat, tomaron la decisión de viajar a Colombia en busca de una respuesta.

Esta semana llegaron al país y, para su sorpresa, no eran presiones políticas las que impedían el paso del documento de la Cancillería al Congreso de la República. Durante siete meses el trámite se empantanó en la Cancillería por una razón sencilla y ridícula: la traducción del inglés al español de las ocho páginas que conforman la Convención Ballenera.

Según una carta del Ministerio de Relaciones Exteriores al representante a la Cámara David Luna, “el tratado no ha podido ser radicado en el Congreso debido a que el instrumento fue adoptado únicamente en inglés y se requiere una traducción oficial del texto al español”.

“Pasaron seis meses sin que se avanzara nada y ahora sólo quedan seis para que el documento sea ratificado en el Congreso”, comentó Milko Schvarzman de Greenpeace International, para quien Colombia juega un rol importante en las negociaciones de junio de 2008.

“Algunas resoluciones que se discutirán en la reunión de la Comisión Ballenera Internacional exigen más del 75% de los votos. Y en ese contexto, el voto de Colombia a favor de la conservación de las ballenas sería definitivo”, dijo Schvarzman.

El representante David Luna ha dicho que si la Cancillería entrega pronto el documento, el trámite en el Congreso podría tomar dos meses. Faltaría la revisión por la Corte Constitucional para que finalmente Colombia cumpla con su propósito de participar en la reunión de la Comisión Ballenera Internacional en junio de 2008.

Contra-reloj


“En la Cancillería han prometido entregar esta semana el documento traducido al Congreso”, dice Aimee Leslie del Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat.

Pero las preocupaciones no terminan ahí. Durante el II Encuentro Latinoamericano de Conservación de Cetáceos, que se llevó a cabo en Buenos Aires los pasados 4 y 5 de diciembre, funcionarios de la Cancillería de Colombia manifestaron que la participación del país en la Comisión Ballenera era un proceso que demandaría entre dos y tres años. Una declaración que sorprendió a las organizaciones que siguen de cerca el trámite.

Demasiado tiempo si se piensa que cada año los barcos pesqueros japones sumergen sus arpones en las aguas de la Antártida y cazan más de 1.500 ballenas de cinco especies diferentes. Un número al que se debe sumar la cuota de pesca de Noruega e Islandia.


Última tortuga Yangts trata de salvarse de la extinción


A sus 80 años, la última hembra de tortuga de caparazón blando del Yangts, sobre la faz de la tierra será apareada el próximo verano con uno de los dos últimos machos de la especie, con la esperanza de salvar a este poco conocido reptil de una extinción anunciada.


Tres ejemplares de Rafetus swinhoei, una de las mayores tortugas de agua dulce del mundo, sobreviven en el planeta: una hembra y un macho en dos zoológicos chinos, y otro macho en Vietnam, explicó Lu Shunqing, de Wildlife Conservation Society (WCS).

WCS y Turtle Survival Alliance (TSA) son las dos organizaciones internacionales que están costeando un dificultoso proyecto, el apareamiento de la pareja china, que lleva décadas, o quizás toda la vida, sin contacto sexual de ningún tipo.

Conocida también como tortuga de caparazón blando de Shanghai, su hábitat se extendía por el lago Taihu, en la provincia oriental china de Jiangsu, los cursos bajos de los ríos Yangtsé y Honghe, y el norte de Vietnam.

Sus rasgos más distintivos son un caparazón ancho y plano, y un morro parecido al de un cerdo, mientras que sus proporciones son unos 100 centímetros de largo por 70 de ancho, y de 120 a 140 kilos de peso.

La especie fue durante casi todo el siglo XX víctima de la captura indiscriminada. Su carne servía de alimento, su caparazón y huesos para la medicina tradicional, y su cráneo como trofeo.

No fue hasta la década de los noventa cuando comenzó a despertar el interés de los zoólogos en un país cuya rica biodiversidad sufre una perenne mengua, con varias especies al borde de la desaparición, debido a factores como la contaminación o a la industrialización.

Por todo esto la tortuga, que acabó recluida a los zoos del país y de la que no hay ejemplares en libertad, está rodeada de un aura de misterio y se desconocen muchas de sus características vitales, incluso su esperanza de vida
“El año pasado murió uno de los últimos ejemplares en el templo budista del Lago Occidental de Suzhou y, según los monjes, tenía unos 400 años”, dijo Lu, aunque el dato no está contrastado.

El proyecto de apareamiento surgió el año pasado, cuando Lu visitó el zoo de Changsha junto a otro experto de WCS y supo que su tortuga ponía huevos sin fecundar todos los años, hasta 70 en un desove, lo que significaba que está aún en periodo reproductivo.

“La tortuga está en el zoo desde su fundación hace 50 años pero ya nadie sabe cómo llegó hasta aquí. Pone huevos cada año, de 20 a 30 algunas veces, o de 70 a 100 otras, y creemos que hay esperanza de que engendre”, afirmó a Efe Wang Jingmin, del zoo de Changsha.

La hembra está ahora hibernando y despertará a mediados de abril, momento en que será sometida a un proceso de recuperación física tras el cual será transportada a Suzhou.

“Esperamos poder llevarla en junio o julio aunque todavía estamos negociando”, afirmó la directora del zoo de Changsha, Yan Xiahui.

En Suzhou la espera un macho de más de 100 años, virgen quizás como ella, y por si fuera poco herido, lo que dificulta la reproducción natural.

“Es una especie que marca mucho su territorio. El macho sufrió graves heridas en una pelea con otro macho que vivía aquí hace tiempo y que murió en el combate”, relató Lu.

Para el transporte del valioso ejemplar se firmará un seguro de 44.000 dólares que será costeado por los grupos ecologistas.

“Primero intentaremos la reproducción natural. Las pondremos en un estanque separado por un cristal para que se vean pero no se toquen porque no sabemos si se pelearán o no”, según declaró el experto de WCS.

Poco a poco, continuó, se irá viendo si existe atracción sexual y, en ese caso, se abrirá la compuerta.

Otra de las cosas que tampoco saben los científicos es si, en caso de producirse el acople, el semen del macho quedará en el interior de la hembra durante varios años como ocurre con otras tortugas similares, lo que permitiría la fecundación de los huevos durante ese periodo de tiempo.

En cualquier caso, si no hay apareamiento natural los expertos están preparando la inseminación artificial, aunque para ello tendrán primero que extraer semen del macho, algo que por el momento no han conseguido.

Con información de EFE