04 diciembre 2007


NUEVO ACUERDO PARA FRENAR CAMBIO CLIMÀTICO SE DISCUTE DESDE HOY EN LA ISLA DE BALI.


El calentamiento global ha afectado a casi toda la superficie del planeta. Esta imagen fue captada en Mali el primero de mayo de 2007.
En la Conferencia de Naciones Unidas se busca alcanzar un compromiso global que sustituya al Protocolo de Kyoto, que busca reducir las emisiones de gases que provocan el calentamiento global.
Los asuntos que centrarán el debate serán los mecanismos de adaptación, mitigación, cooperación tecnológica y financiación de la respuesta al cambio climático.
A la conferencia, la cita medioambiental más importante en lo que va de siglo, acudirán más de 10.000 delegados, activistas y periodistas de todo el mundo, entre los que estarán decenas de ministros de Medioambiente y Finanzas, además del premio Nobel de la Paz, Al Gore, y el secretario general de la Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
'Hace falta voluntad política'
El secretario ejecutivo de la XIII Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC), Yvo de Boer, manifestó en una conferencia de prensa celebrada el domingo que "una parte importante de la solución es accesible hoy en día, lo que hace falta es voluntad política".
"La gran pregunta para mí es: Señores Ministros, ¿cuál es su respuesta política a lo que la comunidad científica les está diciendo con tanta claridad?", añadió De Boer.
El secretario de la UNFCCC también se felicitó de que tanto Europa como Estados Unidos estén dando muestras positivas sobre su actitud frente a la problemática, y se felicitó del compromiso de la Unión Europea de reducir sus emisiones en un 20 por ciento para el 2020 y del mensaje del Estado de la Nación de George W. Bush en el que reconocía que el calentamiento global necesita de una respuesta global.
Fijar una fecha límite para la aprobación
La ONU quiere que se fije una fecha límite para la aprobación de un nuevo acuerdo sobre cambio climático, que debería estar finalizado el próximo 2009, para que los países tuvieran tiempo de ratificarlo antes de que se acabe la vigencia de Kioto.
La comunidad internacional estará pendiente en Bali de los grandes países industrializados no firmantes de Kioto, como Estados Unidos y Australia, que podrían usar esta cita para unirse al resto en la lucha contra el calentamiento global.
También los países en vías de desarrollo estarán en el punto de mira, por un lado aquellos con mayores extensiones de selvas, que tratarán de obtener el compromiso de los países desarrollados para que financien su conservación y por otro las economías crecientes de Asia, como India y China, que en los últimos años han incrementado enormemente sus emisiones de gases invernadero.
Los desafíos, en detalle
Las negociaciones de Bali se concentrarán en buscar acuerdos políticos en torno a tres grandes temas con miras a ser aplicados en la próxima década.
El primero será la reducción de emisiones de dióxido de carbono y metano. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), para que el siglo XXI sea sostenible los países industrializados deberán bajar la emisión de gases de efecto invernadero en un 80 por ciento antes del 2050, con disminuciones del 30 por ciento de aquí al año 2020. Para ello, la curva de emisiones deberá comenzar a bajar entre el 2012 y el 2015. Hoy, los máximos contaminantes son Estados Unidos y China, que emiten 6.000 y 5.000 millones de toneladas de dióxido de carbono al año respectivamente.
Otro punto será acordar mecanismos para que las comunidades enfrenten de la mejor forma posible el aumento de la temperatura, que en el mejor de los escenarios subirá 2 grados centígrados, número que representaría graves problemas para la conservación de las especies. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (Ipcc) ha dicho que la transformación del clima no es una posibilidad sino una realidad y al mundo no le queda otro camino que adaptarse.
Los delegados también tendrán que ponerse de acuerdo en el diseño de herramientas para que los países desarrollados transfieran tecnología a los más pobres y estos últimos puedan enfrentar los daños medioambientales.
Pero el debate se caldeará con seguridad cuando los países menos adelantados y con mayores extensiones de selva, algunos situados en América Latina y África, traten de conseguir apoyo económico de las naciones del primer mundo a cambio de conservar las pocas zonas de reserva que le quedan al planeta.
Esta petición estará basada en que todos juntos no alcanzan a arrojar 146 millones de toneladas de gases de efecto invernadero al año. En pocas palabras, menos del dos por ciento de los que produce Estados Unidos y el 0,5 de las emisiones del mundo, medidas en 28 mil 983 millones de toneladas de CO2.
Posición colombiana
Una de las naciones que alzará la voz en ese sentido será Colombia, que insistirá en su solicitud financiera para ampliar el programa de Familia Guardabosques y con esto preservar mayores zonas naturales.
Pero las cosas no se reducirán a hablar en un ambiente cordial. Eso lo ha pronosticado Yvo de Boer, secretario ejecutivo de la Unfccc.
Él ha manifestado públicamente que muchos gobiernos, entre ellos los de Estados Unidos (que ni siquiera ha ratificado Kioto), India, China y Rusia harán todo lo que esté a su alcance para que los compromisos de reducción de emisiones que se planteen no impliquen para ellos gastos económicos excesivos, esto en lo relacionado con los cambios de tecnología para la producción automotriz y el uso del petróleo. Está medido que los costos para que el mundo implemente formas de producción limpias pueden ascender al 0,12 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
Y es que las diferencias entre Washington, del cual se espera que continúe con una postura firme y rechace cualquier pacto, y los europeos, que concentran el mayor peso, son evidentes. Los primeros quieren cuotas de reducción de emisiones voluntarias, mientras que Europa siente que esas cuotas deben ser obligatorias o vinculantes.
"Europa quiere reducir sus emisiones de forma extrema, con mucho entusiasmo, pero su compromiso depende de que el resto de países también se comprometan a bajarlas. Es una política de 'o todos en la cama o todos en el suelo, que si llega a sintonizar a muchas naciones busca en el fondo presionar a Estados Unidos para firme y ratifique el protocolo ", explicó Carlos Costa, director del Ideam, y uno de los representantes de Colombia en el encuentro.
Por eso, el 14 de diciembre, cuando termine la Convención, no habrá un acuerdo definitivo. Solo una aproximación a un documento final que tendrá que ser ratificado dentro de los próximos cuatro años y que tendrá que empezar a aplicarse con urgencia, incluso antes de la expiración del Protocolo de Kioto, como única fórmula para salvar el planeta.
Con todo a Bali: Minambiente
Juan Lozano, ministro de Medio Ambiente, le explicó que el país expondrá en la Convención Marco de las Naciones Unidas de Bali, su política de cambio climático, considerada por el Banco Mundial como una de las mejores del mundo. Esta presentación es avalada por el gobierno suizo y la ong Conservación Internacional. "La idea es conseguir fondos para la conservación del corredor Chingaza-Sumapaz-Páramo de Guerrero", explicó Lozano.
Otras tres posturas de la presentación del Gobierno en la Convención son:
1-Exigir un cambio de velocidad a los países más contaminantes en la reducción de la emisión de gases.
2-Reglas de juego equitativas para que los países desarrollados compensen el daño que han generado en las zonas de páramo.
3-Conseguir ayuda económica (900 millones de dólares) por los esfuerzos que hace el país en conservar las selvas húmedas del Pacífico y del Amazonas.
Javier Silva Herrera

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